La negociación colectiva es una de las principales herramientas para cerrar la brecha salarial entre mujeres y hombres, pero tiene poco uso en nuestro país. A modo de detalle, uno de cada cuatro convenios nuevos que se firman, contiene algún tipo de cláusula para impulsar la igualdad en los sueldos, según los datos del Ministerio de Empleo de 2017. Pero son menos los que contienen medidas para luchar contra la precariedad laboral femenina, ni el 20%.
Para que nos podamos hacer una idea, un asalariado puede ganar anualmente en España unos 25.992,76 euros brutos, mientras que una asalariada, 20.051,58 euros. En cuanto a porcentajes, esto quiere decir, que las mujeres ganan de media un 23% menos. Otro dato que hace saltar las alarmas es el número de mujeres que cobran menos de 1.000 euros, que duplica al de hombres.
Para acabar con esta brecha existen varias herramientas, y la negociación colectiva es una de ellas, con convenios o planes de igualdad. En los próximos meses se pretende dar entrada a convenios que puedan entran vigor. Tanto los convenios como los planes de igualdad son de obligado cumplimiento, pero el principal problema es la propia redacción de muchos de estos textos.
Las cláusulas de convenios para corregir estas situaciones también son reducidas. Las que impulsan la estabilidad en el empleo de las mujeres apenas suponen el 19,1% y las que pretenden facilitar su promoción apenas llegan al 26,3%.
Desde 2001 el Estatuto de los Trabajadores incluye un artículo que obliga a pagar lo mismo a hombres y mujeres por hacer el mismo trabajo. Si esto no se cumple, los convenios no se registran y, por tanto, no entra en vigor.
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